“Canadá es un país de contrastes, sinónimo de espacios abiertos, tierra de experiencias: navegar entre ballenas, dejar que el agua te bañe el rostro en Niágara, explorar parques vírgenes salpicados de lagos y cumbres, sorprender a los imponentes osos negros en su hábitat natural, pasear por la romántica Québec o seguir los latidos del Jazz en Montreal… un apasionante encuentro entre naturaleza y civilización”.