JOYAS DEL MUNDO MAYA: GUATEMALA Y MÉXICO

Partimos hacia el altiplano guatemalteco. Extensas cadenas montañosas, impresionantes colosos volcánicos y hermosos lagos son el escenario en que conviven más de una docena de grupos de origen maya, cada uno con su propia gastronomía, vestimenta, tradiciones e incluso lengua. Realizamos una parada en el recinto arqueológico de Iximche, última capital maya del reino Cakchiquel y primera de los conquistadores españoles en 1.524. Alojamiento en el entorno del lago.

A unos 40 km. al norte de lago, rodeado de valles y montañas se ubica Chichicastenango, pequeño pueblo que parece detenido en el tiempo y hogar del mercado indígena más grande de Mesoamérica. La compra-venta de alimentos, ganado, textiles y artesanías convive con la realización de ritos en la iglesia de Santo Tomás por parte de indígenas Quiches, habitantes de la región. Aprendemos a confeccionar tortillas de maíz, alimento que forma parte de la dieta básica del país.

Navegamos hacia la costa sur del lago. Nos aguarda Santiago Atitlán, reducto de la cultura Tzutuhil maya. Hábiles tejedores, pintores y artesanos de la madera, los indígenas del área veneran a Maximón, el “gran abuelo”, dios protector e intermediario entre lo divino y lo terrenal. Proseguimos hacia La Antigua, una de las más bellas y románticas ciudades en América, declarada por la Unesco Patrimonio Cultural de la Humanidad. Al llegar realizamos una visita orientativa del centro histórico, que nos muestra edificios y espacios tan interesantes como la catedral o la plaza central.

Este día libre lo dedicaremos a recorrer las empedradas calles de La Antigua, tal vez visitar el famoso Museo del Jade o realizar una excursión opcional al cercano volcán Pacaya.

Aún disponemos de parte de la mañana libre para disfrutar de las instalaciones del hotel o realizar opcionalmente una excursión a una finca cafetera donde nos explicarán el proceso de elaboración de uno de los mejores cafés del mundo. Por la tarde traslado al aeropuerto de Guatemala y embarque en vuelo con destino Flores, capital del departamento del Petén. Alojamiento.

A poco más de una hora de camino encontramos uno de los más fascinantes recintos arqueológicos mayas, Tikal, enclavado en una densa selva. La ciudad, que alcanzó su esplendor entre el 500 y 900 de nuestra era, dominó gran parte de la región en el ámbito político, económico y militar.
Declarado Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad en 1979 por la Unesco, el parque nacional protege más de 3000 estructuras, parte de ellas aún ocultas entre la vegetación, repartidas entre templos, palacios residenciales, tumbas, edificios administrativos, altares y estelas, accesibles por una intricada red de terrazas, plataformas, escalinatas y calzadas. Almuerzo tipo pic-nic y resto de la tarde libre para disfrutar de un paseo por la isla de Flores, rodeada por el lago Petén Itzá.

Partimos hacia el oeste. Alcanzamos el río Usumacinta y embarcamos para navegar por este curso de agua, frontera natural con México. Accedemos al país vecino y visitamos Yaxchilán, la “Ciudad de las Piedras Verdes”, complejo arqueológico conformado por pequeñas acrópolis en la que sus finos relieves, esculturas y largas inscripciones jeroglíficas dan testimonio de un pasado guerrero. Tras el almuerzo continuamos hasta Palenque, en el estado de Chiapas.

Por la mañana recorremos una de las grandes ciudades mayas, situada en el corazón de la exuberante selva chiapaneca. Su elegancia, originalidad de su arquitectura y abundancia de jeroglíficos ha llamado la atención de gran cantidad de viajeros, exploradores, historiadores del arte y arqueólogos durante los últimos tres siglos. Después del almuerzo proseguimos nuestra ruta hacia Campeche, cuyo centro histórico amurallado es considerado Patrimonio de la Humanidad. Al llegar realizamos una breve visita panorámica antes de alojarnos.

Dejamos atrás la costa y, circulando en dirección nordeste, penetramos en el estado de Yucatán. Nos detenemos en Uxmal, la principal ciudad de la denominada Ruta Puuc, un conjunto de yacimientos que tienen en común un estilo caracterizado por la riqueza de elementos decorativos, el componente espiritual de sus edificios y la perfecta armonía con el paisaje en el que se integra. Tras ver la Pirámide del Adivino, los magníficos frisos del Cuadrángulo de las Monjas, los mascarones del Edificio de las Tortugas y el imponente Palacio del Gobernador, llegamos a Mérida, capital del estado. Admiramos su zócalo y arquitectura señorial de inspiración francesa.

Finalizamos este apasionante recorrido por la civilización maya en Chichen Itzá, importante centro de poder político y religioso, lo que se tradujo en un gran asentamiento formado por grupos monumentales conectados al centro de la ciudad, a través de sacbés o calzadas. Entre sus numerosos edificios y espacios destacan la pirámide de Kukulkan, los Templo de los Jaguares y los Guerreros, el Juego de Pelota o el cenote sagrado, gruta que recoge la salida de un río subterráneo, donde se realizaban sacrificios y ofrendas. Almuerzo. Continuamos a la Riviera Maya, donde nos alojamos.

Disfrutamos de un merecido descanso a orillas del Caribe.

A la hora indicada, recogida en el hotel y traslado al aeropuerto. Embarque en el vuelo de regreso a España. Noche a bordo.

Fin de viaje.