ESCENARIOS DEL OESTE CANADIENSE

Embarque en vuelo regular con destino Vancouver. Llegada y recogida del coche de alquiler. Conducción hasta el hotel y alojamiento. Resto del día libre para tomar contacto con la ciudad, que disfruta de un emplazamiento privilegiado a orillas del océano Pacífico.

Día libre que dedicamos la jornada a explorar Vancouver: el exótico Chinatown, el histórico barrio Gastown, el Parque Stanley, pulmón verde con su singular bosque de tótems, la isla de Granville, animada área comercial plena de restaurantes, galerías de arte y teatros, y el parque del Puente Suspendido Capilano.

Partimos hacia el norte de la Columbia Británica transitando por la espectacular Sea to Sky Highway, carretera escénica que discurre por la costa del fiordo Howe y atraviesa varios parques provinciales hasta alcanzar Whistler. Por el camino nos recomiendan detenernos para ver las imponentes cataratas Shannon, con una altura de 335 metros, ascender a la cima de la montaña Habrich en el teleférico Sea to Sky y contemplar “The Chief”, un majestuoso peñón granítico con vistas al valle de Squamish. Una vez en Whistler tenemos tiempo libre para recorrer sus calles o ascender en teleférico hasta la cima del monte Whistler para contemplar un bello paisaje de glaciares, bosques y lagos.

Salimos en dirección nordeste atravesando localidades y rutas que en su día fueron transitadas por buscadores de oro durante la famosa fiebre de las montañas Cariboo, acontecida entre 1.860 y 1.863. Nos alojamos en Clearwater, a las puertas del Parque Provincial de Wells Gray.

Aprovechamos parte de la mañana para visitar la zona sur del parque, con sus manantiales, tranquilos lagos y las bellas cataratas de Helmcken, con 141 metros de caída. Posteriormente transitamos por la Yellowhead Highway atravesando el valle del río Thompson y varios parques provinciales (Finn Creek, Blue River, Jackman Flats, entre otros). Antes de llegar a Jasper contemplamos las cumbres de Terry Fox y Robson, esta última la más alta de las Rocosas, con 3.954 m.

Disponemos de un día completo para recorrer el parque nacional, conformado por anchos valles, cumbres escarpadas, bosques y, como grandes protagonistas, los glaciares que conforman el campo de hielo Columbia. Comenzamos por el cañón Maligne y el lago Medicine, al que los nativos atribuyen propiedades curativas. Posteriormente visitamos el lago Maligne, de intensas aguas azules y rodeado por siete cumbres. Reservando con tiempo podemos navegar por sus aguas observando la bella Spirit Island, uno de los rincones más fotografiados del parque, y antes de regresar al hotel conocemos dos espejos de agua más, Patricia y Pyramid, refugios de fauna silvestre.

Abandonamos temprano nuestro alojamiento para acceder a las cascadas de Athabasca que, con una caída de 23 metros, destacan por su amplio caudal. Más tarde la famosa “Avenida de los Campos de Hielo”, la ruta que comunica los parques de Jasper y Banff, nos conduce hasta el glaciar Athabasca, al cual nos sugieren acceder a bordo de un Snowcoach, vehículo especialmente adaptado al terreno. Nuevas paradas en el camino a Canmore nos permitirán contemplar los lagos Peyto, Louise, escoltado por el glaciar Victoria, y Moraine, de aguas azul turquesa y rodeado de diez picos semi ocultos por bajas nubes.

Tenemos por delante un nuevo día para explorar la región sur del parque de Banff: los valles de los ríos Bow y Spray, Sundance Range, los majestuosos picos de las Three Sisters…

Tras disfrutar de las últimas horas en las Rocosas partimos hacia Calgary, la capital de Alberta. A la llegada, nos recomiendan una visita orientativa que nos muestre una ciudad en la que conviven el espíritu del viejo oeste con un moderno centro comercial y de negocios.

Nos dirigimos al aeropuerto de Calgary con suficiente antelación para devolver el coche de alquiler y embarcar en el vuelo de regreso a casa.

Llegada y fin del viaje.