TRAVESÍA DE LOS DESIERTOS ALTIPLÁNICOS

Llegada, asistencia y traslado al hotel. Alojamiento inmediato. Realizamos una visita guiada de la ciudad, que comienza en la histórica Plaza de Mayo, corazón político del país en la que se erigen la “Casa Rosada” -sede del poder ejecutivo-, el Cabildo y la Catedral. Posteriormente nos dirigimos al portuario barrio de la Boca, patria chica del tango, donde conocemos sus singulares casas de brillantes tonalidades. Finalmente accedemos a la parte norte, integrada por los elegantes y cultos distritos de Palermo y La Recoleta, perfecto resumen del pasado y presente de la urbe. Por la noche disfrutamos de la sensualidad del tango con una cena-espectáculo en una de las tradicionales casas porteñas.

Salimos hacia el aeropuerto para embarcar hacia Salta, en el norte del país. A la llegada nos trasladan al hotel. En la tarde, una visita guiada nos muestra los rincones más atractivos de esta acogedora urbe de calles salpicadas de iglesias y viejas casonas, donde se percibe una bella huella colonial. El recorrido incluye el interesante MAAM (Museo de Arqueología de Alta Montaña)..

Iniciamos la exploración de los escénicos Valles Calchaquíes. Atravesando el valle de Lerma, las poblaciones de Carril y Chicoana y las quebradas de los Laureles y Escoipe ingresamos a la cuesta del Obispo, camino con abundantes curvas que permite disfrutar de las vistas del Valle Encantado. Seguimos por la recta de Tin Tin, antiguo camino inca, contemplando cardones, enormes cactus protegidos por el parque nacional homónimo. Al mediodía llegamos a Cachi, un pintoresco pueblo fundado en el S.XVII al pie del Cerro Nevado. Posteriormente ingresamos en la mítica Ruta 40 circulando hasta Molinos, población serrana de casas de adobe, galerías y pórticos con cuatro siglos de historia. Unos kilómetros más allá Angastaco nos acoge en su condición de puerta de acceso a la poderosa Quebrada de las Flechas, donde las caprichosas montañosas forman estrechos desfiladeros con paredes de hasta 20 m. de altura. Finalizamos la jornada en Cafayate, villa flanqueada por ríos, famosa por el cultivo de la vid.

Regresamos a Salta por la Quebrada de Cafayate, área de gran belleza paisajítica con formaciones rocosas muy llamativas por sus coloraciones rojizas. .

Partimos hacia el noroeste. En el camino encontramos la imponente quebrada de Toro y la localidad de San Antonio de los Cobres. Estamos en el corazón de la Puna, la gran altiplanicie andina, a casi 4000 metros de altura. Siguiendo la Ruta 40 llegamos a Salinas Grandes, para finalmente descender la Cuesta de Lipán hasta Purmamarca, población al pie del sorprendente cerro de los Siete Colores.

Salimos temprano en la mañana en autobús regular hacia la frontera con Chile. Tras los trámites aduaneros nos dirigimos a San Pedro de Atacama. Nos alojamos en este pequeño pueblo de calles de tierra y casas de adobe, punto de partida para recorrer los múltiples atractivos de la región.

Partimos hacia el poblado de Toconao, donde visitamos la plaza principal, su iglesia y típicas casas construídas en liparita, piedra de origen volcánico. Disfrutamos además del marcado contraste entre el verde del vecino valle de Jerez y el ocre del desierto. Después penetramos en el gran Salar de Atacama, que alberga la Reserva Nacional Los Flamencos, una de las más importantes de Chile en la preservación de estas bellas aves. Desde las orillas de la laguna Chaxa contemplamos los pequeños flamencos de james y los estilizados flamencos chilenos, con diferentes tonos de color salmón en su plumaje. Después vamos ganando altura hasta superar los cuatro mil metros para acceder a dos tranquilas lagunas altiplánicas, Miscanti y Miñiques, de aguas azules y orillas blancas. Regreso a San Pedro y alojamiento.

Aún de madrugada nos encaminamos hacia el campo de géiseres del Tatio, situado a 4.200 metros de altura. Las fallas del terreno facilitan la salida del agua caliente depositada en las rocas volcánicas a través de los más de 80 surtidores dispersos por esta zona natural protegida. Retorno a San Pedro. En la tarde conocemos el Valle de la Luna, formado por una depresión rodeada de pequeños cerros con impresionantes crestas afiladas. Una colección de valles de nombres sugerentes (de los dinosaurios, de la muerte…) nos muestran curiosas formas rocosas resultado de sucesivos plegamientos de la corteza terrestre. Al final de la jornada contemplamos una bella puesta de sol con una sorprendente combinación de tonos dorados y rojizos.

Apenas una hora de camino nos separa de la frontera con Bolivia, en Hito Cajón, enmarcada en el territorio de la Reserva de Fauna Andina Eduardo Avaroa. Tras los trámites aduaneros, conocemos la Laguna Verde, a los pies del majestuoso volcán Licancabur, de un característico color esmeralda, admiramos las caprichosas formas pétreas del Valle de Dalí, y pasamos por las aguas termales del geiser del Sol de la Mañana. Finalmente accedemos a la Laguna Colorada, hábitat de flamencos de James, con su singular gama de colores fruto de las algas que pueblan su fondo. Nos alojamos en la zona de Mallku Cueva, Villamar. Almuerzo y cena incluídos.

Salimos hacia Uyuni atravesando las localidades de San Cristóbal y Culpina. A la llegada visitamos el conocido como Cementerio de los Trenes, en el que esqueletos de locomotoras y vagones abandonados dan testimonio de un pasado en que la región era un importante nudo minero y ferroviario. Hoy descansamos en Colchani, a las orillas del salar de Uyuni, en un curioso hotel de sal.

Dedicamos la jornada a visitar Uyuni, el mayor desierto de sal del mundo. Cubierto por lagos prehistóricos hace más de 40 mil años, un prolongado periodo de calor y sequía provocaron su evaporación hasta conformar una superficie aproximada de 12.000 km2 y 11 capas de espesor, de entre uno y diez metros. Alcanzaremos un punto panorámico en la Isla Incahuasi, conocida como Isla Pescado, donde contemplaremos ejemplares de cactus gigantes. Cena y traslado a Uyuni para embarcar en el tren que nos llevará con destino a Villazón. Noche a bordo.

Llegamos por la mañana a Villazón, en la frontera boliviana, desde donde nos trasladan al paso fronterizo con Argentina, en la localidad de La Quiaca. La fascinante Quebrada de Humahuaca protagoniza la etapa de hoy, que nos llevará hasta Purmamarca. Recorremos este territorio de valles, sierras y pequeños pueblos detenidos en el tiempo, conoceremos la localidad que da nombre a la región, con su peculiar urbanismo de calles empedradas y monumentos coloniales de blancas fachadas. En Uquía visitamos la capilla con el altar más antiguo de la región, con sus delicados frescos y su colección de ángeles arcabuceros. Accedemos al pueblo de Tilcara para visitar el Pucará, una antigua fortaleza indígena precolombina parcialmente reconstruida. En el camino nuestra cámara capta las sorprendentes tonalidades marrones, rojizas, anaranjadas, amarillas, ocres y salmones con las que la naturaleza tiño las montañas conocidas como “paleta del pintor” en Maimará. Finalmente llegamos a Purmamarca.

Disponemos de la mañana libre para disfrutar del colorido del pueblo de Purmamarca, descansar o realizar un corto paseo por Los Colorados, con sus hermosas vistas panorámicas. Regreso a Salta y alojamiento.

Nos trasladan al aeropuerto y embarcamos con destino Buenos Aires. A la llegada nos esperan en el aeropuerto para conducirnos a nuestro hotel. Alojamiento.

Disponemos de parte de la jornada para completar nuestro conocimiento de la ciudad. Podemos descubrir su amplia oferta museística, con ejemplos como el Museo de Bellas Artes y el interesante MALBA, especializado en arte latinoamericano, o pasar un divertido día de compras, entre centros comerciales, ferias de artesanías y boutiques de diseño. A la hora indicada, traslado al aeropuerto y vuelo con destino España. Noche a bordo.

Fin del viaje