Ubicada al sureste del Perú, en la frontera con Bolivia y Brasil, la región de Madre de Dios alberga bosques infinitos, ríos sinuosos y reservas de flora y fauna. Es hogar de comunidades nativas que promueven el ecoturismo en una de las zonas de mayor biodiversidad del mundo, con tesoros naturales como el lago Sandoval o la Reserva Nacional Tambopata.